El peligro de viajar solas

Es gracioso ver a gente que se admira al vernos viajar solas. La mayoría hasta se asusta y nos dice que «una señorita andando sola se expone a muchos peligros». Pero no tiene nada que ver con que si eres hombre o mujer, tengas la edad que tengas, viajar de por sí ya es un verdadero peligro. Por eso he decidido enumerar algunas razones por las cuales nosotras sí nos arriesgamos a hacerlo:

1. EL PELIGRO DE ADAPTARSE 

Lago Titicaca

La adaptación se siente desde que llegas a un lugar y el dueño del café o de la tienda te trata como a una de sus clientes favoritos; cuando alguien te recibe en su casa y te hace parte de su familia. Cuando de pronto te escuchas hablando en su mismo idioma o con sus mismas expresiones. Cuando te amoldas a las leyes, al contexto, a la forma; es entonces que dejas de ser una extraña para convertirte más bien en compatriota, paisana; una amiga, una hermana.

2. EL PELIGRO DE VER LO QUE OTROS NO VEN

 

Las costumbre, las tradiciones y el arte se convertirán en un imán al que no podrás serle indiferente, pues lo verás reflejado en todas partes. El sólo hecho de reconocerlos hará que aprendas a valorar más el lugar al que visitas. Estos detalles no son vistos de la misma forma cuando se viaja acompañado, ya que muchas veces por temas de conversación solemos distraernos y no prestar atención a lo que nos rodea en el camino.

3. EL PELIGRO DE PERDERSE

 

Llegar a nuevos lugares casi por casualidad, casi sin planearlo es parte también de una aventura que iniciamos nosotras mismas. Cuando llegamos a nuevos lugares lo más probable es que estemos perdidas pero no porque nos hayamos equivocado de camino, sino porque nuestra mente desactiva todo pensamiento para sólo asimilar la belleza de la naturaleza.

4. EL PELIGRO DE ENCONTRARSE

 

Jugar, saltar, gritar, reír y sentirte tan bien haciéndolo aunque todos crean que estás loca, es señal de que te aceptas a ti misma y no importa lo que piensen los demás porque es tu viaje y tienes Derecho a expresarlo como quieras. De hecho, si estás bien contigo misma, transmitirás esa energía hacia otras personas y esto hará que las atraiga.

5. EL PELIGRO DE VOLVERSE AUTOSUFICIENTE

 

Más allá de obtener una independencia y un autoconocimiento, puedo asegurar que viajar sola también te da la madurez adecuada para elegir, tomar decisiones y solucionar tus propios problemas.

6. EL PELIGRO DE HABLAR EN VARIAS LENGUAS

En el camino puedes encontrarte con otros viajeros, tanto locales como extranjeros, y es la oportunidad perfecta para practicar inglés o los idiomas que hayas aprendido. En este punto, es bueno saber que no siempre vamos a estar solas si socializamos un poco. La comunicación siempre nos abrirá las fronteras.

7. EL PELIGRO DE ROMPER CON LOS PREJUICIOS

 

Mientras no viajemos nos quedaremos con lo poco que sabemos por boca de los demás. Muchas de las noticias que vemos a diario en los medios terminan por darnos una visión errada de las personas y sus culturas.

8. EL PELIGRO DE CAMBIAR EL CHIP

   Definitivamente, después de un viaje no volverás a ser el mismo o la misma de antes. Las experiencias vividas en una realidad y en un contexto diferente al tuyo harán que cuestiones más la sociedad en la que vives. Nadie puede ser indiferente a la desigualdad que enfrentamos, pero si después de un viaje algo en tu forma de pensar y en tu actitud cambia, esto podría ser una buena señal para que también muchas cosas cambien en el mundo.

9. EL PELIGRO DE ENAMORARSE

Este es uno de los más grandes peligros, que te enamores del lugar y no quieras regresar. Por experiencia, no ha habido un sólo lugar en el que maravillada no me haya detenido y pensado «aquí es donde me quiero quedar». Y es que viajando no sólo puedes enamorarte de un lindo sitio sino también del ambiente, de la música, de su gente. y por qué no, de alguien que también quiera darle la vuelta al mundo.

10. EL PELIGRO DE QUE TODO PUEDA PASAR

Mata de Sao Joao, Bahía (Brasil)

Cuando haces un viaje sabes que no todo es seguro. Vas con una idea de qué es lo que quieres conocer y hacer, pero a la vez hay muchos factores que pueden cambiarlo todo. Es como si en cuanto salieras de casa aparecieran miles de posibilidades y que la probabilidad de que sucedan sólo dependiera de ti (o no). Si deseas un consejo, sólo puedo decir: Anda preparada para todo.

 

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